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sábado, 30 de marzo de 2013

Pequeñas situaciones desagradables

Pequeñas situaciones desagradables:

El otro día escribí una entrada que se llamaba "Pequeños placeres de la vida". Bueno, pues como ya habréis podido intuir (por el título, sobre todo); ahora voy a enumerar otras diez experiencias, pero completamente distintas: pequeños desagrados de la vida.

1) El primer desagrado es el antónimo de uno de los placeres que escribí. Es despertarse por la mañana. Prácticamente nunca lo hacemos a gusto; y muchísimo menos si es una irritante alarma la que nos despierta. Solo despertar es más placentero o bien si tu equipo juega a las 12:00 o si estás de vacaciones.

2) Una vez más, usando mi lista de placeres saco otra experiencia cuanto menos desagradable: que tu equipo pierda. Y más si es contra el rival directo.

3) Hacer cola. Sea donde sea, hacer cola es intrínsecamente malo. Aunque lo peor es claramente hacer cola para hacerte el DNI o el pasaporte.

4) Que se te acabe la batería del móvil durante el día. No hay mucho más que apuntar. Vivir con la incertidumbre de si te han llamado, si te han enviado un whatsapp importante, si tienes 80 correos en la bandeja de entrada; es desagradable.

5) Que se te acabe el espacio en el disco duro de tu ordenador o en un pen drive. A todos nos ha pasado y sabemos cuán desagradable es.

6) Que se te ensucie alguna prenda de ropa lejos de tu casa. Los zapatos llenos de barro, los pantalones con marcas de pisadas de los estudiantes que estiran sus piernas sobre la tarima obstaculizando al profesor o los lamparones son las maneras más típicas de suciedad.

7) Acabarte los capítulos de una serie. Haberte tragado seis temporadas en dos semanas para tener que esperar una semana por cada capítulo nuevo es demasiado cruel, y sobre todo, desagradable.

8) Que te falte sólo una moneda para pagar exactamente en el super. Aunque no sea para pagar exactamente, sino sólo para que las vueltas que te den sean en el menor número de monedas posible, es una experiencia muy desagradable.

9) Perder el bus el metro o el tren por segundos. Y además tener que esperar media horita.

10) Por último, y no menos importante, uno de esos desagrados que ocurren con demasiada frecuencia: que el agua esté caliente. No hay nada peor que, cuando estás sofocado porque vienes de hacer ejercicio o tengas muchísima sed, te den un vaso de agua que está caliente. Eso no puede ser.


Bernal A.


martes, 19 de marzo de 2013

Patriotismo

Patriotismo:
¿Por qué somos patriotas? Realmente, preguntáoslo los que lo seáis. El patriotismo, según la RAE es el "amor a la patria". Pero, ¿qué es la patria y sobre todo, qué es el amor? La patria es la "tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos". El amor es el más fuerte de los sentimientos. El más importante y sobre todo el más humano, o mejor dicho, uno que solo tiene el ser humano.

Hablar de "amor" a la patria, ¿no es un incoherente? Además, lo más triste de todo es que es la propia RAE la que comete esta incoherencia al definir amor como "sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser". La palabra clave es "ser". La patria no es un ser, por lo que no se la puede amar. O sea, que para comenzar, ya hemos podido concluir que el patriotismo, al ser el amor a la patria; y el amor, al ser propio de los seres; no tiene mucho sentido.

En mi opinión, el patriotismo es un sentimiento irracional de mucho cariño y afecto (pero no amor) que se tiene hacia la tierra de la que uno es natural. Es un sentimiento que solo tenemos los seres humanos, pero esto no lo hace racional. El patriotismo es una necesidad de defender de donde vienes y eres, de demostrar a todos los demás lo orgulloso que estás de haber nacido en ese país y tener esa nacionalidad. Sin embargo, el que tú hayas nacido ahí no ha sido decisión tuya.

En resumen, uno es patriota porque sí. Porque le da la gana, sin un motivo de peso ni verdaderamente racional; porque si hubiera nacido en otro país, sería patriota de ése y no del que es ahora.

Bernal A.

viernes, 15 de marzo de 2013

Los uniformes

Los uniformes:

 Hoy en día hay un debate (tampoco demasiado polémico) que consiste en si el uniforme escolar es bueno para el desarrollo de los alumnos. Por un lado, los más progresistas opinan que es una tradición del pasado. Por el otro, los conservadores dicen que no ven por qué debería cambiarse eso. Voy a exponer argumentos de ambas partes.

En contra del uniforme son numerosísimos. El uniforme se ha utilizado en el pasado para diferenciar entre clases sociales, como el cuello Mao. El uniforme trae a la memoria lo militar, la penitenciaría, el internado; es decir, carencia de libertad. Evoca despersonalización, la falta de iniciativa y de autonomía. Dicen que intenta hacer que los uniformados no sean individuos, sino que se cuenten como una masa.

Sin embargo, el uniforme escolar, como cualquier otro uniforme no es más que un atuendo temporal que se utiliza en un lugar, unas circunstancias y entre un tipo de gente que lo único que hace es perfeccionar el grupo, la unión y, sí, la homogeneidad. Pero esto no quiere decir que sea una homogeneidad mala, despersonalizante; es una distinción como otra cualquiera. Por ejemplo, un equipo de fútbol lleva un uniforme que les distingue de otros equipos. Un hombre de negocios lleva traje y corbata al trabajo.¿Quiere decir esto que se esté atentando contra la libertad de expresión o la personalidad del individuo? No. Es un modo de vestir que pone a todos por igual y bajo las mismas circunstancias temporalmente. Es un acto de solidaridad con el compañero y de compañerismo que indica igualdad en el ambiente trabajador. 

Es cierto que en la antigüedad se ha utilizado el uniforme como método de distinguir a las clases sociales; pero lo cierto es que las propias clases sociales tienen por sí mismas un método de vestir más o menos establecido que las diferencia entre sí. Por ejemplo, para los Premios Goya no hay un atuendo asignado obligatoriamente, pero lo cierto es que muchos de los involucrados en la gala coinciden en llevar un traje negro sin corbata con camisa negra.

En conclusión, el uniforme no es malo. Es más, los distintos grupos sociales se puede decir que portan un uniforme que no es exclusivamente personal, que les incluye en una masa. Los "pijos" visten de marca; los "emos", oscuro; los "hipsters", como visten ellos y así con todas las clases sociales. Al final cada uno lleva su propio uniforme para poder incluirse en un grupo y así, de alguna forma personalizarse despersonalizándose.

Bernal A.

Pequeños placeres de la vida

Pequeños placeres de la vida:

Voy a enumerar una serie de placeres de esos que tiene la vida, que parecen irrelevantes o insignificantes, pero al final la hacen mucho más completa y nos aportan un poquito de felicidad.

1) Que gane tu equipo. Para algunos es crucial para que no se les estropee el finde y para otros simplemente una alegría, pero es indiscutible que es un placer; sobre todo si derrota al máximo rival.

2) Dormir calentito todas las horas que quieras. Este es el placer por antonomasia. No hay nada mejor que dormir, es indiscutible.

3) Ver llover por la ventana mientras tú estás cómodo en casa delante de una chimenea.

3) La nieve. Pero sobre todo, ver nevar y que cuaja. Y no solo es un placer porque ese día no haya cole.

4) Estrenar cosas. Ropa, móvil, cascos, un juego... Estrenar siempre está bien.

5) La Noche de Reyes. Un noche mágica, que tengas la edad que tengas, estás igual de nervioso por ver qué te han traído.

6) Un puente. Los puentes al final se convierten en objetivos que nos marcamos las dos semanas anteriores a que ocurran, pero no deja de ser un placer irte a casa el viernes sabiendo que no vuelves hasta el lunes.

7) Las cosas gratis. Los regalos promocionales, que aunque sean baratillos y cosas que no comprarías ni por veinte céntimos, da una alegría inmensa recibirlos.

8) Las degustaciones en el supermercado. Merendar en el super es lo mejor. Variedad infinita de manjares expuestos para que los degustes y además puedas decir que no lo has saboreado bien, y así repetir.

9) Una tarde de domingo en el salón delante de una chimenea poniéndote al día con tus series. Y si además llueve o nieva fuera ya es que no puede haber mayor placer...

10) O sí. Para mí, el placer de los placeres, incluso más que dormir, es muy simple y mundano. No es otro que sacarse una monda (un paluego de toda la vida) que lleva ahí desde no se sabe cuándo. Lo malo, es que nuestra psicología funciona de una manera tan extraña que luego lo echamos de menos. Probablemente por todo el trabajo invertido en el proceso.


Bernal A.

sábado, 9 de marzo de 2013

Una gran mentira

Una gran mentira:

Uno de los mayores engaños que hemos sufrido en nuestra infancia no es ni que los Reyes realmente fueran los padres; ni que el Ratoncito Pérez también lo fuera; ni que lo mismo ocurriera para Papá Noel. No. Pero tampoco han sido las miles de mentirijillas que nos han contado nuestros padres y hermanos para que realmente no nos diéramos cuenta de lo poco bueno que es este mundo y así poder conservar nuestra inocencia. Tampoco.

La mayor mentira, sin duda, que hemos oído en nuestra infancia (y no tan infancia) es el famoso "¡¡¡A COMEEEER!!!". Jamás, repito, JAMÁS, hay que ir a esa primera llamada. Es una trampa, es un engaño absoluto. Como todos sabemos, esa interjección no es más que otra forma de decir "Por favor, venid a poner la mesa". Pero ¿quién va a poner la mesa cuando se lo piden? En consecuencia, las madres han desarrollado esa trampa antes infalible y ahora menos infalible, pero letal aún. Por ello, yo os digo: si vuestra madre dice algo tan bueno como "A comer", no vayáis, y si vais que sea solo para investigar qué hay de cierto en todo. Sospechen, señores y así no les cazarán.

Bernal A.

Cambios

Cambios:

Vivimos en una sociedad en la que está bien cambiarse de todo, y todo el mundo lo hace. Cambiarse de casa es lo más normal. Incluso cambiar de ciudad. Uno puede cambiarse de partido político y no pasa absolutamente nada. "Pues habrá meditado, digo yo" se puede oír cuando ocurre eso; o "Mira ese, que sale rebotado". Incluso, se dan casos de cambios de religión y nadie en la sociedad se atreve a prejuzgar. Conversiones al catolicismo de budistas, ateos, musulmanes, hindúes .. e incluso viceversa. Será posible, que hasta cambiar de marido/mujer no está en absoluto mal visto hoy en día. En España se realizan más de cien mil divorcios al año, en otras palabras, casi trescientos al día y no se oye a la gente quejarse ni lamentarse.

Sin embargo, y aquí es a donde quería llegar, uno no se puede cambiar de una cosa, solo una. DE EQUIPO DE FÚTBOL. Ay del que se cambie de equipo... Sea jugador cambiándose al rival o un mero aficionado a cualquier otro, ese es declarado anatema hasta la eternidad. Traicionar así a tu gente, a tus colores, a la afición, al club. Eso, incluso en esta sociedad que no te mira mal porque te cambies de nada, está fatal visto. Y normal que lo esté.

Bernal A.

El pueblo

El pueblo:

Muchos tenemos un pueblo. Para los desafortunados que no sepáis lo que es eso, los que veraneáis en grandes ciudades costeras, no sabéis lo que os perdéis.

El pueblo es otro mundo, es como cambiar de país, de civilización. Es rústico en su arquitectura, pero sobre todo en sus habitantes. Su edad media es de como 65 años. Las mujeres solo se las ve por la mañana. Van a la compra y/o a Misa y los domingos por la mañana, al mercadillo; y no se las ve más. Los hombres, su día en una palabra: el bar. No sé si en el pueblo de los que lo tengáis también pasa, pero en el mío, de menos de mil habitantes, hay 15 bares. Por cada sesenta barbas, un bar. Increíble, pero cierto.

El resto de comercios que se ven en el pueblo son tienduchas de alimentación o pequeños supermercados, que no se sabe cómo lo hacen, pero nunca echas de menos el género del Corte Inglés. Siempre tienen todo lo que necesitas. En el pueblo también hay panaderías. El mío, que parece ser un caso especial, tiene unas cinco. Creo que en Pozuelo hay menos. ¿Cómo puede haber cinco panaderías para 800 habitantes? No se sabe.

Por último, están los chavales del pueblo. De pequeños son unos auténticos gamberros. Se dedican a destrozar todo lo que ven y a insultar a los intrusos que venimos de la ciudad solo para el verano. Una vez me dijeron "mírale qué culto" porque dije fortísimo en vez de "fuertísimo". En fin, cosas del pueblo y sus encantos.

Bernal A.

La música

La música:

Hace algunos años oí que la música es el único arte capaz de emocionar. Al principio pensé, qué tontería, pero es absolutamente cierto. Ahora algunos pensaréis en alguna escena de un película que os emocionó muchísimo. Yo digo, que sin la música que había de fondo en ese momento el resultado no habría sido el mismo. La pintura, la escultura, el teatro... todos son artes, pero, en mi opinión, requieren de formación para llegar a apreciarlos, y de una sensibilidad cultivada con el tiempo. El baile, sin la música no tendría sentido.


El ser humano necesita de la música. Antes de pintar en las paredes de las cuevas, nuestros antepasados les cantaban nanas a sus hijos y celebraban rituales con percusión y cánticos. Los niños, antes de hablar, ya tararean las canciones que escuchan en el coche. Todo hombre o mujer disfruta de la música. Apreciará más un tipo u otro, pero lo que es indudable es que es capaz de cambiar el estado de humor, de emocionar y hacer disfrutar como ningún otro arte lo consigue.

Bernal A.