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miércoles, 27 de marzo de 2013

La importancia del silencio

La importancia del silencio:

 El silencio es algo bastante importante en esta vida. Quieras que no el silencio es otro ruido más y sin él, todo nos costaría bastante más. Sería más difícil dormir. Sería más difícil concentrarse, escuchar a los demás etc. Tendríamos dolores de cabeza por lo que, podemos decir que el silencio es muy importante.

Por otra parte, también sería fatal que todo lo que ocurriera a nuestro alrededor fuera en silencio. Si todo fuera así nuestros oídos no servirían para casi nada, ya que no podríamos escuchar. Probablemente no sabríamos el significado de la palabra "escuchar". Sin ruido no existiría el lenguaje verbal que hoy en día conocemos porque las personas, podríamos hablar, pero no entendernos entre nosotros. Utilizaríamos entonces otro tipo de idioma o lenguaje siendo este no verbal. Supongo que usaríamos el lenguaje de los sordos, pero eso nunca lo sabremos porque a lo mejor no lo habríamos desarrollado al no entendernos entre nosotros.

Ya sabéis que yo soy un niño bastante inquieto y yo también me doy cuenta de la importancia del silencio. El silencio, por decirlo así, tiene que estar en el punto perfecto y de hecho lo está. Ni un poco más, ni un poco menos. Esto no quiere decir que yo deje de ser como me conocéis.



Pelayo L.

El bien común, el bien de todos

El bien común, el bien de todos:

El fin de toda persona, en el ámbito temporal, es la felicidad. Todos queremos ser felices y buscar lo mejor para cada momento. Por eso, el hombre busca la felicidad y está destinado a la salvación.

Podemos ponernos a pensar en qué es en realidad el bien común que es una herramienta fundamental para alcanzar esa felicidad.

El bien común es aquello que hace posible a todos los hombres y a cada uno individualmente, el logro más pleno y más fácil de la propia perfección. El problema es que hay que poner en equilibrio la perfección del hombre y el desarrollo de la vida en sociedad, para que cada uno sirva para desarrollar al otro. Esto es, porque desde mi punto de vista, a todos los hombres nos resulta más fácil obtener las distintas metas concretas que tengamos si lo hacemos con la ayuda de los demás. Por lo tanto, el bien común nos afecta a todos y eso es lo fundamental para tener en cuenta la prudencia a la hora de actuar, prudencia para no provocar un mal mayor sobre algo que se quiere solucionar.

El bien común, además, implica la paz, la estabilidad y la seguridad de un bien justo para todos. El bien común por eso también tiene que ser la meta principal de los gobernantes de un país. La autoridad asegura por medios honrados la seguridad de la sociedad. La paz es lo que permite que se den las condiciones para poder llevar a cabo un desarrollo individual y un desarrollo colectivo.

Todo esto en conjunto no es nada fácil, porque además el bien común debería adaptarse a la realidad de cada momento... está claro que no todas las situaciones son iguales y que no todos en esta sociedad estamos en las mismas condiciones aunque tengamos los mismos derechos por el hecho de ser personas. Aún así, todos los hombres, se puede decir que de una forma u otra, tenemos la obligación de participar en la sociedad. La libertad supone límites que el hombre se pone a sí mismo y que surgen de uno mismo o le vienen impuestos desde fuera. Es necesario para una sociedad formar parte activa de una obra común, y el objeto de esa participación tiene que ser el propio bien común. Para conseguir ese bien común es necesario trabajar, y esto debe hacerse con métodos o instrumentos adecuados al hombre ya que el fin no justifica los medios.






Pelayo L.

Tic-tac, tic-tac

Tic-tac, tic-tac:

¿Cuántas veces al día, miramos las personas un reloj?

El reloj es el instrumento capaz de medir el tiempo natural (días, años, fases lunares...), en unidades convencionales (horas, minutos y segundos).



Además de para ver la hora que es, o el tiempo que tenemos para hacer algo, hay distintos tipos de relojes y cada uno tiene su utilidad para otras cosas, sino, pongámonos a pensar en esas personas que se cambian el reloj de muñeca, para acordarse de que tienen que hacer algo importante. Pongámonos también a pensar, en ese reloj que realmente todos odiamos, el despertador, ese que cada mañana nos amarga el tiempo de sueño que estamos teniendo y que nos recuerda que por "A" o por "B" nos tenemos que levantar de la cama... ese reloj que nunca queremos que suene y que nunca queremos oír... ¿Y el reloj de arena? Esos dos triangulitos invertidos con arena que hemos utilizado tantas veces en nuestros juegos de mesa, para responder a una pregunta en tiempo récord, para pintar un garabato antes de que toda esa arena terminara de bajar de un triángulo a otro...

Pero la pregunta que más veces me he hecho sobre los relojes es la siguiente: ¿por qué las agujas de los relojes que no son digitales, giran en ese sentido y no en sentido contrario?

Por lógica, las agujas de un reloj giran en ese sentido, por el movimiento de traslación de la Tierra, la Tierra gira alrededor del Sol en el mismo sentido en el que giran las agujas de un reloj. Es algo que tiene sentido, ya que, según la posición en la que se encuentre la Tierra con respecto al Sol es una hora distinta del día y de eso depende la luz que haya en cada momento. De eso depende también, los cambios horarios y la diferencia horaria que hay en los distintos países del mundo.

 Pelayo L.


jueves, 28 de febrero de 2013

No siempre los más grandes, son los preferidos

No siempre los más grandes, son los preferidos:

Esta noche, viendo el partido de Liga de Campeones del Oporto contra el Málaga, me ha venido a la cabeza el tema perfecto sobre el que escribir esta entrada, el fútbol, una de mis aficiones favoritas.

Todos los que nacemos en una casa con padres o hermanos futboleros, estamos completamente destinados a ser de un equipo específico de fútbol. Desde pequeño, principalmente tu padre, es quien te inculca las ganas de ser todo un hombre y el que te mete la ilusión en el cuerpo de que de mayor puedes llegar a ser el mejor jugador de fútbol profesional de tu equipo favorito.

Es entonces cuando te regalan tu primer balón de fútbol, ése que posiblemente es casi más grande que tú, al que le das una patada de manera forzosa porque casi te caes al dársela. Luego, llega el regalo que muchos de nosotros pedimos a los Reyes o por nuestra Primera Comunión; la equipación del equipo de nuestros sueños. Con ella nos sentimos cada vez más y más cerca de nuestro sueño de conseguir algún día ser igual de bueno que cualquiera de nuestros ídolos.

Mi cuestión, es un poco más compleja. ¿Qué pasa si toda tu familia es del mismo equipo y a ti desde pequeño te han enseñado que ese es el mejor equipo del que se puede ser, ese equipo del que te regalan tu primera equipación y tu primer balón con el escudo, pero realmente te das cuenta de que a ti el equipo que realmente te gusta es otro?

La respuesta es nada, no pasa nada. De pequeño me di cuenta de que el equipo de fútbol que realmente me gustaba era el Valencia y no el Real Madrid como siempre me habían inculcado. En muchas ocasiones me han tachado de "chaquetero", porque evidentemente el Real Madrid es un equipo que tiene mucha más historia y palmarés que el Valencia pero, desde mi punto de vista, el fútbol es un deporte que debe producir un sentimiento, los colores de tu equipo deben hacerte vibrar cada tarde o noche de fútbol. Tiene que provocarte los nervios previos al partido y las histerias durante el mismo, el equipo de fútbol de cada uno debe provocarnos satisfacción, dolor, tristeza, sufrimiento, entusiasmo, alegría... Pero sobre todo, debe provocarnos una ilusión y ganas de animar siempre a los nuestros.

Todo eso es lo que a mí me provoca el Valencia. Por eso, en mi casa terminaron entendiendo que el Real Madrid no era el equipo que realmente me gustaba, el que realmente me hacia vibrar, porque me di cuenta de que NO SIEMPRE LOS MÁS GRANDES, SON LOS PREFERIDOS y este es un caso clarísimo.

En el mundo del fútbol, los más grandes son siempre los que tienen más dinero y por lo tanto los que tienen más privilegios... Con esto no quiero decir que ese dinero no lo haya ganado el club a base de triunfos y esfuerzo, simplemnete quiero decir que está claro que el dinero siempre ayuda, es otro motivo por el que el Valencia fué una de mis prioridades de pequeño. Por aquel entonces, el Real Madrid era el Madrid de los galácticos y el Valencia era un equipo repleto de jugadores españoles que nunca bajaba los brazos y que todos los partidos que ganaban lo hacían por su trabajo constante y su gran esfuerzo.
Desde aquí y terminando ya mi entrada, lo único que me queda es desearle toda la suerte que necesita el Valencia para pasar a cuartos de final de Liga de Campeones la semana que viene contra el PSG, otro de los grandes equipos europeos en este momento. ¡AMUNT VALENCIA!

                   

Pelayo L.