No se sabe lo que tiene la lotería que tanto engancha; quizás sea la esperanza de verte rodeado de riquezas, o huir de la propia realidad (como si de Utopía se tratase), o simplemente apostar por apostar; la cosa es que acabas enganchándote, y por más que pierdes dinero, nunca se te acaba la ilusión ni la esperanza, que se supone que es lo último que se pierde.
En cuanto a los números elegidos, suele haber dos tipos de elecciones que marcan tu personalidad:
1. Los que apuestan siempre al mismo número, creyendo ingenuamente que si no le ha tocado esta vez le tocará la siguiente, los cuales son más estrictos y ordenados.
2. Los que apuestan a números al azar, es decir, los números que le da la propia máquina, la cual no sigue ningún patrón, y a los cuales tampoco les suele tocar nada. Estos son más de "que me toque si me toca, y sino da igual".
Al fin y al cabo que te toque o no es cuestión de suerte, o como dicen otros de "probabilidad", como prefieren llamarlo. Resumiendo, a ver si me toca el próximo viernes, que ese es mi día.
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