En mi opinión, el gato es un animal desconocido e incomprendido. Es verdad que es un animal arisco, narcisista, pero si a un gato se le educa y se le trata con cariño, puede llegar a dar tanto como un perro.
Yo me crié con un gato, que acogimos a los pocos días de su nacimiento. Le criamos a biberón. Entre todos mis hermanos le bañábamos, le sacábamos con correa a la calle y jugábamos con él. Nunca nos arañó, motivo de burla de algunos familiares, que decían que era un gato raro. Si un gato araña es porque sólo tiene uñas para defenderse, al igual que los perros muerden cuando ven una amenaza.
Una cosa que pocos se paran a pensar es que si vemos un perro perdido, lo acogemos o le llevamos a una perrera; mientras que con los gatos no es lo mismo. ¿Cuántas veces hemos visto un gato, tanto pequeño como adulto, en buenas y malas condiciones y no hemos hecho nada? Incluso hay muchas protectoras de animales en las que no admiten gatos. ¿Es que no son animales?
Sinceramente, espero que penséis en esto. Y ahora un gatito irresistible para que esta entrada se publique:
Ignacio M.
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