Como ya todos sabemos, en el día a día uno se enfrenta con clases que son muy aburridas, aquel tipo de clases que prefieres que te echen a estar en ella.
Los que no logran ser echados empiezan la clase como turistas, ven como va a venir la mano, es decir, se fijan si la clase va a ser divertida o no, esos 10-15 primeros minutos son en los que este tipo de alumno presta la máxima atención.
Luego, siguen mirando al profesor, pero esta vez no escuchan lo que dice, sino que piensan en qué van a hacer el próximo fin de semana (a pesar de que sea lunes) o en la novia, o recuerdan hechos divertidos del último fin de semana vivido (los que piensan en esto último son mal vistos, porque son las famosas personas que se ríen solas). Esto aproximadamente dura 7-10 minutos.
Ahora empieza la mejor parte, la vista al infinito. En esta etapa es cuando normalmente el profesor se da cuenta de que están distraídos. Muchos se preguntan cómo se dan cuenta de que no les estás haciendo caso. Muy fácil, no es nada normal que un alumno esté mirando por la ventana o al techo durante más de 15 segundos, pues bien, los aburridos lo hacen durante 5-7 minutos si son vistos por el profesor, pero aquellos que no son pillados se pueden quedar mirando al más allá durante 15 minutos o incluso más.
Después de ser pillados empieza la tortura, cuando empiezan a prestar atención y no se enteran de nada; cuando empiezan a mirar el reloj y ven que las agujas están siempre en el mismo número. Pues bien, ahí para el alumno el tiempo transcurrido fue de 30 minutos, cuando en realidad fue de 10 o 5.
Felipe V.
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