Este año he entrado en un grupo privilegiado de personas del colegio: "los bocateros". Sin duda, estaba cansado del proceso rutinario que exigía pertenecer a "los hambrientos" (grupo cuyos miembros salen al primer descanso con un fin que no es el de descansar, sino "pillar cacho").
Lo primero que adquirí al entrar en este grupo fue un vertiginoso ascenso de mi número de mejores amigos. No sé cómo no me había dado cuenta antes pero, ¡era el mejor amigo de medio colegio! Más tarde, concretamente el primer viernes que traje bocata al colegio, comprendí que debía ser más responsable y aprender a racionar mi bocata los días que hubiese paella y huevos duros (es decir, los viernes). Por último, harto de llevar un mes y medio comiendo bocatas de jamón serrano con tomate, me vi obligado a desarrollar mi creatividad y capacidad de observación a los bocatas de mis compañeros. Inventé la siguiente clasificación de bocatas:
1- Tipical Spanish: de jamón serrano o de tortilla. En algunas personas puede dejar ganas de echarse una siesta en clase.
2- Sanos: todo aquel que lleve por lo menos una hoja de lechuga. Es el bocata ideal para todo aquel que tiene hambre pero está rellenito y "no se la juega".
3- Ratas: Suelen ser de atún o paté. Los que escogen este tipo de bocata saben que no está muy rico, motivo por el cual no tendrán que dar a nadie.
4- De los viernes: bocatas del tamaño del largo de una mochila. Su función es ser racionado.
5- De cuaresma: suelen ser de queso o de nocilla.
6- Calentitos: son aquellos que las horas previas al descanso se guardan sobre el radiador del colegio. Suelen llevar queso, ya que inocentemente se piensa que el radiador puede llegar a fundirlo.
Ignacio M.
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