viernes, 15 de marzo de 2013

Pequeños placeres de la vida

Pequeños placeres de la vida:

Voy a enumerar una serie de placeres de esos que tiene la vida, que parecen irrelevantes o insignificantes, pero al final la hacen mucho más completa y nos aportan un poquito de felicidad.

1) Que gane tu equipo. Para algunos es crucial para que no se les estropee el finde y para otros simplemente una alegría, pero es indiscutible que es un placer; sobre todo si derrota al máximo rival.

2) Dormir calentito todas las horas que quieras. Este es el placer por antonomasia. No hay nada mejor que dormir, es indiscutible.

3) Ver llover por la ventana mientras tú estás cómodo en casa delante de una chimenea.

3) La nieve. Pero sobre todo, ver nevar y que cuaja. Y no solo es un placer porque ese día no haya cole.

4) Estrenar cosas. Ropa, móvil, cascos, un juego... Estrenar siempre está bien.

5) La Noche de Reyes. Un noche mágica, que tengas la edad que tengas, estás igual de nervioso por ver qué te han traído.

6) Un puente. Los puentes al final se convierten en objetivos que nos marcamos las dos semanas anteriores a que ocurran, pero no deja de ser un placer irte a casa el viernes sabiendo que no vuelves hasta el lunes.

7) Las cosas gratis. Los regalos promocionales, que aunque sean baratillos y cosas que no comprarías ni por veinte céntimos, da una alegría inmensa recibirlos.

8) Las degustaciones en el supermercado. Merendar en el super es lo mejor. Variedad infinita de manjares expuestos para que los degustes y además puedas decir que no lo has saboreado bien, y así repetir.

9) Una tarde de domingo en el salón delante de una chimenea poniéndote al día con tus series. Y si además llueve o nieva fuera ya es que no puede haber mayor placer...

10) O sí. Para mí, el placer de los placeres, incluso más que dormir, es muy simple y mundano. No es otro que sacarse una monda (un paluego de toda la vida) que lleva ahí desde no se sabe cuándo. Lo malo, es que nuestra psicología funciona de una manera tan extraña que luego lo echamos de menos. Probablemente por todo el trabajo invertido en el proceso.


Bernal A.

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