Pero, ¿es a Roma adonde todos queremos llegar? Yo, por el momento, no, y estoy seguro que la Nacional VI no me va a llevar a Roma, sino más bien a la ciudad de A Coruña. Y la verdad es que hoy en día hay muchos caminos disponibles para todo el mundo, en opinión de algunos demasiados. Ahora bien, me pregunto yo, ¿es eso realmente malo?
Obviamente, no se trata de ir por la vida sin un fin o una meta lo suficientemente definida a largo plazo, pero muchas veces nos olvidamos de que tan importante es alcanzar esa meta como prestar atención al camino y vivirlo. Pues, ¿De qué sirve llegar al destino si desde que empezamos nuestra travesía cogemos cualquier camino sin detenernos a pensar en las consecuencias de tomarlo, no solo en nosotros, sino en los que nos rodean? Entonces el ser humano corre el peligro de ir degradándose poco a poco, y cuando por fin alcanza su meta, se siente vacío, pues vive el sueño de otra persona, la cual es la que habitaba en ese mismo cuerpo al principio.

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